Ya está lista la portada de la primera parte de la novela. Gracias al departamento de Círculo Rojo que realizaron un excelente trabajo. Próximamente más novedades!
Bienvenidos a mi blog personal Si quieres comentar, sugerir o averiguar más sobre mi obra, te animo a que te pongas en contacto. Suscríbete a la lista de correos para obtener material exclusivo y formar parte de mi círculo de lectores más cercano. Lista de Correos Gracias por leerme. L. M. Bianchi
Hábiles navegantes y mercaderes temerarios, no dudan en entablar comercio con aliados y enemigos. Donde haya un negocio rentable, allí habrá siempre un amafiso al acecho. Basados en los pueblos de la antigua fenicia, los amafisos de Vientos de Revolución viven subyugados por la garra del imperio pruno; pero, a diferencia de otras naciones de sangre guerrera, han preferido los beneficios del comercio al filo de las armas. Darilo Némeko es el mercader amafiso que adquiere ilegalmente al esclavo recién llegado de la conquista de Greislavia. Junto a él, Larek vivirá uno de los tiempos más aciagos de su vida, pero también conocerá, por primera vez, el amor desinteresado de una joven de su misma condición. “Sin apearse, el hombre encapuchado observó con detenimiento a Brilafos y luego se concentró en Larek. —¿Te han quedado las sobras, eh calteno? —El hombre hablaba con un acento particular, estirando la última palabra. Tanto Brilafos como Larek intuyeron que provenía del extremo norte de Am...
"La Cámara de los Ancestros se hallaba en el primer subsuelo del Palacio, justo por debajo del salón principal, abarcando toda la superficie del edificio. Era una estancia colosal, la más grande de cuantas poblaban los seis niveles de la edificación, y había sido construida con el objeto de acumular documentos escritos, tanto pertenecientes a Prunia como a cualquier otra nación. Funcionaba como la biblioteca personal de los reyes y emperadores que habían gobernado las tierras prunas desde su lejana fundación; por lo tanto se guardaban allí cientos y miles de pergaminos, libros, papiros, tablillas y cualquier otro documento útil para cultivar el conocimiento del líder de turno. Tras declararla divina, perjudicial para el resto de los mortales, Lucanis I prohibió el acceso a la cámara y comenzó a acumular documentos extraños, comprados o robados en otras tierras. El primer emperador tenía la certeza de que el desarrollo del conocimiento significaba literalmente la obtención de ...
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